jueves, 14 de mayo de 2009

Las familias garantizan con su vivienda los créditos al consumo

La compra de una vivienda es desde hace años la principal causa del elevado endeudamiento de las familias, pero la posesión de un inmueble también ha sido simultáneamente y hasta ahora una fuente de financiación para los hogares. La escalada que registraron los precios inmobiliarios hasta el estallido de la actual crisis económica incrementó el patrimonio de los particulares y favoreció que éstos pudieran obtener, gracias a este respaldo, créditos para finalidades distintas a la de la adquisición de una vivienda. A cierre del pasado ejercicio, los préstamos con garantía hipotecaria concedidos a familias para fines distintos al de la compra de un piso se elevaban a 44.198 millones de euros, según datos del Banco de España. Del total, las cajas de ahorros han prestado 28.741 millones y los bancos, 11.575 millones. El resto (3.881 millones) son importes concedidos por cooperativas y establecimientos de crédito, según una información del diario Expansión. El saldo engloba una mezcla de créditos, como los solicitados para hacer reformas u obras de rehabilitación de viviendas. Pero los hogares también han garantizado con su patrimonio inmobiliario préstamos para sufragar los gastos de un viaje o una celebración familiar; o la compra de automóviles y muebles. La tasa de morosidad de estos préstamos alcanzaba en diciembre de 2008 el 2,60% (resultado de unos importes impagados de 1.151 millones de euros), frente al 2,38% de las hipotecas para compra de vivienda. La financiación a cierre de año supera en un 98% el saldo de 2005 (cuando empieza la serie histórica del dato), año en el que la cuantía de estos créditos se situaba en 22.317 millones de euros. "En los últimos años, ha sido algo común recurrir a este tipo de financiación. El fuerte incremento del precio de la vivienda proporcionaba la cobertura necesaria para financiar la adquisición de bienes de consumo de elevado importe", indican fuentes financieras. Entre 2002 y 2008, el precio de la vivienda se disparó en España un 70%, según la sociedad de tasación Tinsa. Pero el aumento del desempleo y la caída de los precios inmobiliarios, que inciden negativamente en la solvencia del cliente y en la garantía que éste aporta a la banca para cubrir su posible impago, han provocado importantes restricciones en la financiación al consumo con garantía hipotecaria. "Desde el inicio de la crisis, a mediados de 2007, las formalizaciones de este tipo de créditos se han reducido fuertemente, tanto en número de operaciones concedidas como en importes financiados. Esta reducción ha sido bastante mas acusada que la sufrida en los préstamos hipotecarios para adquisición de vivienda, especialmente en el primer trimestre de 2009", describen en una caja. Otras entidades financieras admiten igualmente esta caída, aunque subrayan que ésta no es más acusada que en otro tipo de préstamos, y que es consecuencia de que "la demanda solvente que entra en las oficinas es ahora mucho menor".

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